¿Ha reiniciado usted el router?
¿Ha comprobado que el router esté encendido?
¿Ha comprobado que el ordenador esté encendido?
¿Ha comprobado que el teléfono desde el que me llama está encendido?
Por favor, reinicie el teléfono desde el que me llama.
¿Ha comprobado que haya luz en su casa?
¿Ha comprobado que su casa sigue en pie?
¿Ha comprobado que no haya estallado la tercera guerra mundial y usted esté preocupándose por su conexión a internet mientras la gente muere a su alrededor?
¿Ha comprobado si realmente necesita conectarse a internet?
¿Ha comprobado que durante los problemas que usted reporta no estuviera experimentando un sueño lúcido?
Por favor, mire la hora dos veces, tápese la nariz y salte.
¿Ha comprobado usted que no esté sufriendo una afasia transitoria y que cuando dice «internet» no quiera decir realmente «psiquiatra», «logopeda» o «socorro»?
¿Ha probado usted a tratar de que su conexión se restaure deseándolo con todas sus fuerzas? ¿Ha leído usted a Schopenhauer?
¿Ha probado usted a proyectar en su mente la imagen de usted conectado a internet y navegando felizmente? ¿Ha leído usted «El Secreto»?
Hechas todas esas comprobaciones, procedo a reiniciar su servicio remotamente. En cinco minutos el problema estará arreglado. Gracias.